Un arsenal de textos bíblicos que deberíamos memorizar para poder ser más efectivos en nuestro testimonio personal.
Evangelizar con un versículo es más sabio que decir muchas palabras de humana sabiduría, ya que lo que sale de la boca de Jesús contiene la semilla de vida capaz de traer un nuevo nacimiento a los corazones: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23). Además, el poder que se despliega al lanzar una porción bíblica en el mar turbulento de un alma sedienta es solo comparable a la explosión de vida que un gameto produce al fecundar un óvulo.
“Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, dijo Jesús (Juan 6:63). Nuestras palabras pueden esfumarse con el primer viento ideológico o de distracción que venga. La palabra de Dios, en cambio, sabe encontrar algún rincón en el que permanecer muy quieta, alojada en la conciencia de los hombres, hasta que el día menos pensado, casi siempre en tiempos de necesidad, hace acto de presencia para proveer la vía de escape o la esperanza que ningún otro ser humano o poder en la tierra es capaz de brindar. Hablo con certeza porque nunca trabaja sola. La Palabra de Dios es cargada por el Espíritu Santo, cuidada y mantenida con vida, con similar esmero que el de una madre primeriza cuando atiende a su bebé recién nacido.
En los próximos 25 versos espero que halles un arsenal imprescindible. Tras memorizar aquellos textos que no dominas, ponte en pie de guerra para derrotar la ignorancia o la incredulidad. Y que la defensa de tu fe haga amigos que más adelante puedan recibirte en las moradas eternas.
Siembra uno de estos 25 versículos para evangelizar a muchos en este año:
- Juan 1:18: A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
- 1 Juan 4:9: En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
- 1 Timoteo 1:15: Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
- Romanos 5:8: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
- Romanos 6:23: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
- Hechos 3:19: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
- Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
- Hechos 17:30: Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.
- Juan 1: 11-12: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
- 2 Corintios 5:17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
- Gálatas 2:8-9: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
- Romanos 10:9-10: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
- Juan 7:37-38: ... Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
- Romanos 5:1: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
- Mateo 11:28: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
- Apocalipsis 3:20: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
- Juan 15:13: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
- Juan 10:10-11: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
- Juan 17:3: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
- Juan 6:35: Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
- 1 Corintios 15:57: Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
- Juan 11:25-26: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
- Juan 8:12: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- Juan 14:6: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- Juan 16:33: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
No desesperemos al pensar que un oscuro abismo de incredulidad e indiferencia engulló nuestro texto sagrado compartido en amor. Esa puede ser la primera impresión. Pero el mismo que dijo “Sea la luz”, en la hora de salvación de uno de sus hijos, hará emerger la verdad de Jesús y traerá el resplandor del amor de Dios, creando un amanecer que vuelva a vencer las tinieblas del próximo Saulo de Tarso o de la nueva María Magdalena. Eso sí, se precisa sensibilidad espiritual, dulzura celestial y gran dosis de paciencia para saber polinizar un oído sin invadir con desesperación, dejando que nuestro interlocutor se sienta valorado y escuchado, entonces, con el toque angélico de lo sobrenatural, deslizar un “Escrito está” del Libro de Dios, y volar al siguiente corazón, que, lo sepa o no, necesita el socorro del Señor tanto como un náufrago espera el salvavidas al que aferrarse.
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