Veintisiete años,
veintisiete besos,
veintisiete abrazos,
veintisiete deseos:
Uno: que no me dejes nunca.
Dos: que envejezcas en mi lecho.
Tres: que siempre seas mi musa.
Cuatro: que no tengas miedo.
Para el cinco, seis y siete
te ruego que tomes mi mano,
que viajes el mundo
conmigo a tu lado.
Ocho: que sigas soñando.
Nueve: creyendo en nosotros.
Diez: pasito a pasito, mas avanzando.
Once: ganar el terreno de lo planeado.
(¡Oh! ¡Cuán rápido han pasado!
Veintisiete primaveras.
Veintisiete nochebuenas.
Veintisiete aniversarios.
Veintisiete los que quedan…)
Doce: que aún haya mucho por decir.
Trece, catorce y quince:
ten paciencia con la vida,
teje lenta y nunca finge,
los pedazos sabe unir
y añadir lo que te quita.
Dieciséis: ¡recuerda cuándo comenzamos!
Diecisiete: soñemos seguir cambiando.
Dieciocho: amarnos y apasionarnos.
Diecinueve: ser uno y mejor, los dos.
Veinte: con Jesús entrelazados.
(Y para no extenderme en cardinales)
21, 22, 23, 24...
Que te rías, que me mires,
que si lloras te consueles,
que los nietos tu alma alegren,
(25) y tus hijos te ilusionen.
Veintiséis: que veas cumplir tus sueños.
Veintisiete: (y para terminar
estos veintisiete deseos,
de los veintisiete años
desde que nos conocemos)
juntos partir las noches,
surcar el alba,
bordar el alma,
beber el seno,
cantar mil versos
de amor que es digno de buen respeto,
poesía hija del bendito día
en que supiste decir: "sí, quiero".
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